¿Debes pelar los pimientos? Descubre la verdad y los mejores métodos

El dilema de pelar o no los pimientos divide a cocineros y comensales. Mientras algunos defienden que la piel aporta textura y nutrientes, otros la consideran indigesta y antiestética en ciertos platos. La decisión depende del tipo de preparación: en crudo o asados, suele tolerarse bien, pero en sopas o guisos puede endurecerse y alterar el sabor. Expertos señalan que la piel contiene fibras difíciles de digerir, especialmente para personas con estómagos sensibles o niños. Esto justifica su eliminación en recetas donde la textura sea clave o para evitar molestias

gastrointestinales. No es obligatorio, pero mejora la experiencia gastronómica en muchos casos. Existen técnicas eficaces para pelar pimientos sin complicaciones. El método tradicional implica asarlos al horno hasta que la piel se ampolla, luego envolverlos en papel film para desprenderla con vapor. Para ahorrar tiempo, se puede usar un pelador de verduras o escaldarlos en agua hirviendo seguido de un baño en hielo. Alternativas modernas incluyen el microondas o un soplete de cocina, ideales para resultados rápidos y precisos. La elección depende del utensilio disponible y el tiempo.